Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

domingo, 27 de diciembre de 2009

El chico


Llevaba varios días trabajando en Mozambique el proyecto de mujeres y conflicto en África. Vivía esos días en la misión de una congregación católica de los Sagrados Corazones,en la ciudad de Inhaminga. Cuando uno lleva un tiempo en un lugar empieza a conocer a la gente de los alrededores. Un blanco en África no es blanco,es fosforescente y se da a conocer rápido. Yo iba fotografiando a todo aquel que me daba su permiso;un cocinero,un albañil,una profesora......
Desde el día en que llegué,en la puerta del monasterio,bajo una techumbre que parecía haber sido la garita de un cuartel o algo similar,protegiéndose del sol estaba este chico. A pesar del calor vestía una gabardina larga sobre distintas capas de camisetas de algodón.No se movía de allí.24 horas al día.Nunca lo vi ni siquiera comer.Yo no me atrevía a pedirle permiso para fotografiarlo por ese estúpido pudor que uno tiene cuando ve a alguien "diferente". En este caso ese ojo llagado para mi era una barrera infranqueable.Él me observaba fijamente cada vez que me veía pasar con mis cámaras,hasta que un día,casi cuando me marchaba de allí,me dijo: ¿A mi no me vas a fotografiar? Yo quería que se me tragara la tierra.
"Claro que sí"-le dije
Impasible,miró al centro del objetivo con la misma inmutabilidad con la que me miraba todos los días.
Pregunté por él en el monasterio y me contaron su historia: En la guerra civil,que duró 17 años en Mozambique,tras uno de tantos ataques a la ciudad,ésta quedó arrasada. Hubo muchos muertos y los que no murieron en los combates morían días después de hambre.A este chico lo encontraron abarzado a su madre muerta,tratando de sacar algo de leche de sus pechos vacíos.
Siento si a alguien le ha podido agredir este relato o esta imagen.No todo en la vida son cuerpos danone.

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