Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

sábado, 28 de abril de 2012

Viaje relámpago

Viaje relámpago a Madrid.Punto. Posibles buenas noticias.Punto. Seguiremos informando. Punto.

John

Se hacía llamar John y lideraba una pequeña banda de chavales en un suburbio de Kinshasa, aunque podríamos decir que toda Kinshasa es un suburbio. Cuando llegábamos en el coche después de un día de trabajo, corrían detrás hasta alcanzarnos y subir de un salto a la parte trasera. Al padre Antonio no le gustaba que hicieran eso porque más de un niño había muerto en esas circunstancias, pero a mi me encantaba ver la agilidad circense que desplegaban. John era el líder porque no tenía miedo a nada, ni siquiera al padre Antonio, un misionero curtido durante más de veinte años en el Congo y que había vivido en primera persona la guerra que desgarraba aquella tierra, lo que había dejado en él un cierto poso de rencor hacia la vida. John era simpático y embaucador. Nunca aprendió a decir Jordi, sin embargo aprendió a llamarme Pla desde el primer día, de manera que cuando llegábamos por la noche al monasterio donde dormíamos siempre venía hasta mi corriendo y gritando: “Pla, Pla,Pla….”. Entonces alzaba el brazo, chocábamos las manos y volvía sonriendo a su casa. Hoy echo de menos a John y echo de menos África. Es posible que sea porque allí siempre tuve la sensación de estar haciendo lo correcto y aquí me asalta la duda de no saber muy bien quién soy y qué papel juego en toda esta parafernalia de vivir.

domingo, 22 de abril de 2012

Comienza el mundial

Acaba de empezar el mundial de motos 2012. Lo reconozco; me gusta, lo disfruto. Veintitantos jovencitos adrenalínicos se van a partir la cara por cruzar el primero la línea de meta subidos a unos potros desbocados. Lo sé; resulta obscena e innecesaria una competición que cuesta unos millones que podrían estar dirigidos a paliar el hambre en el cuerno de África o a investigar sobre la curación del cáncer de páncreas. Pero no puedo negar que cada domingo estaré pegado a la pantalla del televisor para sorprenderme cuando esas máquinas se pongan a más de trescientos kilómetros por hora y tracen curvas imposibles. El año pasado, como consecuencia del riesgo y la velocidad, murió Marco Simoncelli, un piloto por el que no sentía mucha simpatía. Su pilotaje al límite trajo como consecuencia varios accidentes de otros pilotos que sufrieron, en ocasiones, graves fracturas. A él le supuso la muerte. Más allá de la agresividad de su estilo, jamás le desee su fatal desenlace. Ni siquiera le deseé el más mínimo rasguño. Este año le echaré de menos. El día de su muerte Televisión Española le dedicó una canción de su cantante favorito; Jovanotti, este tipo larguirucho y hortera, pero de una vitalidad envidiable que nos dice: “El más grande espectáculo, después del big bang, somos nosotros”. Que rujan los motores, que latan fuerte los corazones. El mundial ya está aquí.

jueves, 12 de abril de 2012

Lo cotidiano 01: Col

Hacía tiempo que no subía una fotografía dedicada a las cosas cotidianas, a esas cosas que nos acompañan, discretas, con sus formas, olores y sabores. Últimamente India ha raptado mi atención por una cuestión obvia. El viaje me tenía seducido, pero hoy he vuelto a sorprenderme al ver sobre la bancada de mi cocina este color morado intesísimo y esas curvas sinuosas. Sin duda, ya estoy en casa.

lunes, 9 de abril de 2012

India en mi web

Ya está disponible en mi web el reportaje completo realizado en India. No están todas las que son, pero son todas las que están. Como siempre, sólo tenéis que pinchar en "visita mi web". Espero que disfrutéis. Besos.

martes, 3 de abril de 2012

Mitos


En esta vida existen un buen puñado de mitos, de esas verdades que, a fuerza de oírlas, las hemos integrado como incuestionables. Una de ellas es que el cine español puede competir con el resto del cine europeo. No recuerdo la última película española que no me produjo acidez de estómago. Hasta Julio Medem, al que respetaba, perdió la cabeza desde que rodó “Lucía y el sexo” y no ha vuelto en si. Lo primero que deberían aprender los actores españoles es a vocalizar, sobre todo Jorge Sanz. Tengo un montón de amigos actores que cuando lean esto querrán apuñalarme, pero así es la vida.
Continuemos. Un mito más grave es el siguiente: “La sanidad española está a la altura de las mejores del mundo”. Señoras y señores, no se engañen; el hecho de que usted tenga un infarto en medio de las Ramblas de Barcelona y llegue una ambulancia en 10 minutos para reanimar su maltrecho corazón, no significa que tengamos una buena sanidad, sólo significa que pagamos demasiados impuestos como para que nos dejen morir por las esquinas. En cambio, el hecho de que un médico atienda a 80 pacientes al día, con una media de dedicación de 5 minutos, eso sí hace una muy mala sanidad, por no hablar de la pésima preparación de los médicos españoles(lo digo por propia experiencia). Pero eso es harina de otro costal y no deseo ser apuñalado por un actor y un médico al mismo tiempo.
Este artículo tampoco quería hablar de sanidad. Analicemos pues un tercer mito. Este mito realmente me llega al alma y dice lo siguiente: “Los medios de comunicación públicos en España son de una gran calidad”. Joder; estamos expuestos a escuchar cada estupidez que dan ganas de blindar tu puerta y atrincherarte con una mágnum de 44mm entre las manos, rodeado de unos cuantos barriles de napalm. Desde luego, si comparamos la 2 y sus documentales sobre la foca monje con los programas donde se descuartizan unos cocainómanos en Tele 5, la 2 es como una película de Bergman, un libro de Cioran o un cuadro de Bacon. Pero no se trata tan sólo de eso. Unos buenos medios de comunicación requieren de imaginación, de creatividad, de educar dando opciones y, ante todo, de no mentir. Ayer escuché en la radio el último eslogan de Radio Televisión Española. Presten, por favor, mucha atención. Dice lo siguiente: “Si no lo encuentras aquí es que no está pasando”.

La chica de la foto tiene catorce años, vive en un suburbio marginal de la India y está enferma de lepra. Una lepra que le fue diagnosticada tardíamente, lo que le ha deformado y llagado los dedos de las manos hasta el punto de vérsele los huesos. Trabaja cuidando el rebaño de ovejas de un tipo que le paga unas miserables rupias con las que mantiene a sus dos hermanos y a su abuela. Viven en una casa que no tendrá más de diez metros cuadrados. Por la puerta de esa casa discurren las aguas fecales de todo el barrio. Tuvimos la ocasión de fotografiarla y entrevistarla hace unos días. Cuando mi compañero vio las heridas de sus dedos, y sabiendo que ya la estaban tratando los voluntarios de una ONG, le preguntó:
- ¿No te estás haciendo las curas diariamente?
A lo cual ella le respondió:
- Sí, pero no tengo dinero para vendarlas y por las noches me despiertan las ratas mordiéndome las heridas.

Señores publicistas de televisión española: LA HISTORIA DE ESTA NIÑA ESTÁ PASANDO AHORA MISMO Y NO LA HE VISTO EN NINGÚN TELEDIARIO. DEJEN DE MENTIR.
No tengo nada más que decir.