Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

martes, 19 de enero de 2010

El infierno


Quiero dedicar esta foto a mi amiga Nuria. Ella sabe el motivo.
Paseando por la ciudad de Nápoles encontré estas escenificaciones del infierno metidas en pequeñas urnas excabadas en las paredes exteriores de los edificios,junto a la puerta de entrada. Por la noche se encienden junto con el alumbrado público,creando pequeñas pesadillas que te persiguen si has bebido demasiado lambrusco. Me fascinaron esas figuritas infantiles hechas de arcilla y pintadas con pintura titanlux,esos cuerpos envueltos en llamas ardiendo por toda la eternidad expiando sus pecados.Y después nos preguntamos porqué estamos locos.

2 comentarios:

  1. Desde luego, está claro que yo cada día soy más agnóstico. Y cuando veo este tipo de cosas, me pongo enfermo... Joder... en pleno siglo XXI y la gente (no sólo los pobres o los miserables) siguen creyendo en las tonterías de la Religión y ese tipo de cosas de fe, etc... Una cosa es no entender prácticamente nada de lo que nos rodea o saber que somos una cosa tan insignificante que apenas sí contamos en el Universo.. y otra muy distinta creernos lo que nos inventamos para justificar nuestra ignorancia.

    ResponderEliminar
  2. Las religiones son códigos de comportamiento heredados con una serie de verdades que,en esta era super-tecnológica,parecen diluirse.
    Realmente todos los profetas(me da igual la religión) siempre dijeron cosas muy sencillas(y no por sencillas menos verdad). Además, curiosamente ninguno de ellos escribió nunca nada. Así pues,lo realmente complicado fue la parafernalia posterior. A mi cualquier representación religiosa,en el fondo,me parece folclore.
    Si hay algo de cierto en las religiones sin duda creo que hay que vivirlo de piel para dentro.Las representaciones muchas veces,además de horteras,nos confunden.

    ResponderEliminar