Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

lunes, 1 de febrero de 2010

Cristina Crespo



A Cris la conocí en un taxi. No es que nos dirigiéramos al mismo sitio o que compartiéramos vehículo para ahorrar gastos. De hecho el automóvil tan solo daba vueltas a la manzana.
Yo,por entonces,estaba realizando fotografías de chicas en un taxi para unas imágenes que más tarde se proyectarían en una escenografía de teatro. La función se titulaba "Follow me"(Sígueme),una producción de L'Horta Teatre. En aquella época todavía proyectábamos diapositivas.El taxi era de un amigo de la compañía y estuve toda una mañana fotografiando chicas en su interior. Cada una realizaba una acción. Por entonces Cris cursaba estudios de flauta y me explicó que ella,en cualquier lugar,practicaba con sus dedos sobre la caja del instrumento. Yo le dije que me parecía bien.Lo único prohibido era mirar a la cámara. Ella empezó a practicar mientras yo le tiraba fotos.
La obra hablaba de un taxista que secuestraba a sus pasajeras y las encerraba en un sótano.Había un momento en que se veían en una pantalla todas la mujeres que había secuestrado este personaje.
Cris era una de ellas.

El caso es que,tiempo después,me encargaron las fotografías promocionales de la ONG Payasospital y allí apareció Cris vestida de payasita con su flauta travesera. Me hizo ilusión encontrarla de nuevo. Hicimos una buena amistad pero como la vida hace su camino,decidió llevársela a vivir a Londres. Allí lleva ya siete años y se dedica a dar clases de flauta con el método Suzuki.Si queréis saber de qué va os pongo un enlace a su web.El otro día me escribió diciéndome que seguía mi blog. Este es mi pequeño homenaje a mi flautista favorita. En la foto aparece con Jesús,otro colega de la vida.

1 comentario:

  1. Hola, Jordi. Interesante trabajo. Yo prefiero fotografiar a las chicas antes que a los chicos. Nosotras tenemos ese "algo" que hace que sepamos comunicar más, esa inocencia, ese halo de misterio... ¡y mira que yo soy completamente heterosexual! Pero qué le vamos a hacer, eso es lo que creo yo. Siempre que imagino una escena el papel principal se lo lleva la mujer, que es la que más comunica.

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