Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

miércoles, 16 de junio de 2010

Carlos Llavata


Este es mi amigo Carlos Llavata. A Carlos lo recuerdo en mi vida desde los años ochenta, cuando vivíamos en la barra de los bares y todavía éramos inmortales, cuando arreglábamos el mundo en tertulias incendiarias, cuando nos enamorábamos en cada esquina y el amanecer siempre traía buenos presagios.
Carlos es artista ó más bien lo que yo denomino una persona "creactiva",es decir,que cada acción que realiza es una creación.
Durante años sus materiales han sido la pólvora y los distintos elementos,sobre todo la tierra,el barro,la arcilla. También utilizó en alguna ocasión la fruta. Recuerdo una vez que convencimos a los gestores de un teatro para que nos dejaran realizar una explosión "controlada" de un bodegón consistente en una sandía enorme rodeada de otras piezas menores(peras,manzanas,uvas....). Aquello parecía un cuadro de Arcimboldo. Lo iluminé con delicadeza barroca, abundando en los claroscuros y mientras, Carlos agujereó todas las piezas, introduciendo petardos en su interior. Uno de dimensiones colosales fue insertado en las entrañas de la sandía. Coloqué la cámara de vídeo sobre un trípode a una distancia prudencial. Carlos me aseguró que hasta allí no llegaría el desaguisado y que el teatro no sufriría ningún daño. Encendió la mecha y salió corriendo para refugiarse a mi lado,ocultos tras una fila del patio de butacas. Transcurrieron unos 10 segundos cuando aquello empezó a explotar uno tras otro hasta llegar al gran petardo de la sandía. Desde la trinchera veíamos pasar a toda velocidad trozos de fruta multicolor sobre nuestras cabezas. Cuando acabó el bombardeo nos miramos con complicidad sabiendo que las cosas se nos habían ido de las manos. La fruta había llegado hasta la última fila del teatro. Semillas y pieles se esparcían a nuestro alrededor. Por suerte ninguna impactó en la cámara.Tengo que decir que las imágenes que se montaron después quedaron impactantes y han recorrido varios festivales de vídeo.
En su vida,Carlos ha sufrido algunos percances con estas acciones. Ninguno grave hasta el último, en el que se lo tuvieron que llevar a urgencias con diversas contusiones,el pelo quemado y un tímpano serimanete dañado.
El otro día me visitó con su hijo nacido hace unos meses. Me dijo que estaba pensando en abandonar tanto riesgo. Ahora tiene otra alma en la que pensar.

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