Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

jueves, 20 de octubre de 2011

Los olvidos


Hay veces que alguna novia, en su despechada última huída, deja restos del naufragio en mi guarida.
Con el tiempo, haciendo limpieza o buscando unos calcetines sin agujeros, estos restos reaparecen como caramelos envenenados.
En esos momentos sólo echas de menos dos chinchetas para clavártelas en los ojos y una pastilla que provoque la amnesia instantanea.

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