
Últimamente viajo bastante; por trabajo,por amistad,por amor,por huir.
Los trenes, aviones, autobuses empiezan a ser lugares habituales. Pequeños hogares móviles. En esos hogares convivo con una gran familia que no sabe de mi existencia. Una familia que se mira pero no se ve, una familia de gesto adusto,una familia temporal,efímera,de sonrisas ocasionales y conversaciones parcas:
- ¿Muntaner es la siguiente?
- Sí.
- ¿Tiene hora?
- Las ocho.
Yo los observo con curiosidad de entomólogo y disfruto de sus caparazones. Quiero a todos; a los mezquinos y a los santos, los asesinos a sueldo y los burócratas, las ancianas con pérdida de orina y las adolescentes hormonadas, el aprendiz de seductor y el moribundo, el navajero, la intelectual, el triste, el cansado y el hiperactivo, la ninfómana y el impotente, la monja y el cabrero recien llegado a la ciudad, el agente secreto, la juez, el repartidor de butano, el enterrador, el soñador y el soñado, la mujer a la que nunca besaré.
Ya lo sabes...me encanta ir a buscarte a la estación de autobus, o a la de tren, o a cualquiera...
ResponderEliminarEl 20 junio tendría que estar por Valencia... ¿Qué posibilidades hay de que quedemos en alguna estación y nos echemos un par de días juntos? Un abrazo...
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