Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

lunes, 28 de noviembre de 2011

Técnicas comerciales

Se acercan las navidades, y con ellas ese cúmulo de despropósitos compulsivos que las acompañan. Podría hablar del consumismo feroz que nos deteriora los bolsillos y el estómago, pero sería demasiado socorrido. Eso ya lo sabemos todos. Nada nuevo en el horizonte. Hoy me gustaría analizar un curioso fenómeno que se puso de moda hace unos años y parece echar raíces anualmente desde finales de Noviembre hasta el seis de Enero, fecha en que los reyes magos de oriente ya se han largado, dejándonos el salón perdido de papeles y otro best seller en la estantería. El fenómeno en cuestión es el “bolígrafo solidario”. Un enjambre de famosos, deportistas, folclóricas, presentadores y demás fauna ibérica, nos ofrecen desde la televisión adquirir el “bolígrafo solidario”. Con los beneficios del dichoso bolígrafo, van a comprar toneladas de juguetes para los pobres niños y niñas del “tercer mundo”. Llegados a este punto me surgen muchas preguntas pero vamos a intentar condensarlas en tres: Pregunta 1: ¿Quién recolecta ese dinero y a quién va a comprar esos juguetes? Curiosamente, la iniciativa está patrocinada por la Generalitat Valenciana. ¿Por qué la Generalitat Valenciana y no la Junta de Andalucía o algún cabildo canario? La respuesta se me antoja evidente. En la Comunidad valenciana se encuentra Ibi (Alicante), la población juguetera más grande del estado español. Ibi cayó en desgracia desde que los fabricantes chinos entraron como elefante en una cacharrería en el mercado global. De alguna manera hay que ayudar al sector juguetero valenciano para que no se hunda, como ya lo hizo el sector del calzado. Y como ayuda a este sector, qué mejor que reblandecer los frágiles corazones navideños para que suelten la pasta y enviar juguetes a troche y moche por todo el planeta. Es decir, eso de enviar juguetes por el mundo podría ser un acto comercial más que un acto de bondad. Otra curiosidad: El programa radiofónico de mayor audiencia nacional los fines de semana, “No es un día cualquiera” (Radio 1), la semana que viene se emite desde Ibi. Qué coincidencia. Pregunta 2: ¿Qué tipo de juguetes se va a enviar a los pobres niños pobres? ¿Muñecas para ellas y camiones para ellos?, ¿el Monopoly?, ¿el Scalextric?, ¿el bebé que se mea encima y se caga en tus muelas? ¿van a mandar pilas de recambio? ¿Alguien me puede explicar cuál el criterio de distribución? Pregunta 3: ¿Alguien se ha preguntado; realmente hacen falta juguetes en el “tercer mundo”? o ¿podríamos utilizar el dinero para algo más útil? o ¿es más importante un niño sano o un niño entretenido? o ¿acaso no saben jugar los pobres si no se les da un juguete? o ¿no será esto una nueva estrategia comercial con la que llenar los bolsillos de algunos empresarios, que han firmado un convenio con el conseller de turno a cambio de un porcentaje de los beneficios para el susodicho conseller? En la foto podéis ver a tres niños que con una caja vieja, un trozo de plástico blanco y algunas maderas, estaban contando historias a otros niños con sombras chinescas. Como fuente de luz, el sol. Que nadie piense que en África , los niños no saben jugar. NOTA: Todas las teorías que aquí formulo no son más que suposiciones. No puedo demostrar nada, pero creo que, por lo menos, debemos hacernos estas preguntas.

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