Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

miércoles, 30 de enero de 2013

Ciudadano Raskolnikov




Dado el colapso económico, cultural y moral que sufre este agujero inmundo donde habito llamado España, y atendiendo a mi carácter suicida, he decidido fundar mi propia compañía de teatro y dirigir mi primera obra.
Se trata de una versión libre de la novela “El jugador” de Fedor Dostoievski. Como puede detectar el lector más avispado, sigo sin escorar hacia la comedia.
El protagonista es Alexei Ivanovich, un tipo atormentado por el amor no correspondido de la joven Polina. Tras este argumento, aparentemente folletinesco, Dostoievski aborda los recovecos más oscuros de la mente humana y construye lo que, en mi humilde opinión, está más cerca del cine negro que de la épica novela rusa.
A la compañía, como nombre provisional, y en homenaje al personaje de personajes creado por el autor ruso, la he llamado Ciudadano Raskolnikov,  protagonista de la novela “Crimen y Castigo”.
De esta manera el ciudadano Raskolnikov se dispone a dar un triple salto mortal hacia el abismo de la nada más absoluta. La nada desde donde emerge el todo, la nada desde donde construir un nuevo imaginario para refugiarnos de las bombas de negligencia que llueven diariamente, la nada donde diluir lo que creíamos ser, la nada cómica y feroz que nos muerde los tobillos, la nada indolente y pétrea, la nada….de nada.

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