Un día cualquiera, como hoy. Te levantas por la mañana y el sol entra por la ventana semiabierta, y atraviesa la copa de vino de la que bebiste la noche anterior, y dibuja azarosamente luces y sombras, y satura los colores sobre el mantel de la mesa, y sonríes. Frente a ti otra persona también sonríe. Y en ese preciso instante piensas, más allá de tus insomnios y fantasmas: "Todo está bien, todo está en su sitio"
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