Retomo esta sección, hace un
tiempo abandonada, de “Shots from the car”(Disparos desde el coche) con esta fotografía que ilustra perfectamente lo que
trato de expresar.
Aunque parezca lo contrario,
la imagen que veis está tomada a las doce del medio día mientras recorría el
trayecto Carboneras-Nijar. Suelo llevar alguna cámara a mano y voy disparando
mientras conduzco. Sé que ello, si me ve la policía, puede costarme una bonita
multa, pero es tan tentador….
El caso es que allí estaban
esas montañas resecas, apiladas unas encima de otras, cubiertas por una ligera
bruma que les otorgaba un halo misterioso. Accioné el limpiaparabrisas, alcancé
con mi mano derecha la cámara que reposaba en el asiento del copiloto, paré de
nuevo el limpiaparabrisas y, antes de que la velocidad del coche me hiciera
abandonar aquel ángulo privilegiado, disparé varias veces sin percatarme de que
todos los parámetros no estaban preparados pera ese tipo de toma.
Es decir, la cámara estaba configurada para fotos en interior con luz
artificial y el diafragma estaba casi completamente cerrado, con lo que dejaba
pasar muy poca luz. Cuando llegué al apartamento donde estaba pasando unos días
comprobé que, sin quererlo, había realizado lo que en cine se denomina una
“noche americana”. La noche americana consiste, resumidamente, en crear un
efecto noche a plena luz del día. Gracias a esos parámetros “inadecuados” había quedado
una imagen muy atractiva. La vida me hacía de nuevo un guiño y mirándome a la
cara me decía: “¿Lo ves, chaval?; me encantan tus imperfecciones”.
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