Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

jueves, 30 de agosto de 2012

Lara


A Lara la conocí hace unos quince años. Por entonces era casi una niña. De hecho la fotografié en su primer papel profesional como actriz, donde representaba a una estudiante adolescente, en una muy peculiar versión de “La cenicienta”, dirigida por Carles Alberola. Sobre el escenario lucía unas coletitas multicolor y una sonrisa que robaba el corazón a todos los espectadores.
Hoy Lara es una mujer hermosa, llena de experiencias que a veces le muerden como lobos y otras le acarician como mariposas. Y es con esas caricias cuando vuelve a mostrar su sonrisa pizpireta, la misma que un día, quince años atrás, sobre aquel escenario, nos robó el corazón a todos.

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