Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

miércoles, 1 de agosto de 2012

Agua


La serie “lo cotidiano” en este blog es una de las más extensas y, sin embargo, nunca había pensado en la cotidianidad del  agua. Es cierto que publiqué la fotografía de un hielo fundiéndose pero nunca el agua en su estado “natural”. Si nos paramos a pensar en que nuestro organismo es, aproximadamente, un setenta y cinco por cien agua, ¿qué podría ser más cotidiano que este elemento?, ¿quién puede pasar un solo día sin beber agua?
Hoy, primero de agosto, un día muy especial para mi por motivos que no voy a desvelar, le dedico esta entrada al agua. Algunos la llaman el oro blanco, porque empieza a ser tan escasa que no puede abastecer a los siete mil millones de personas que habitamos este hermoso planeta. Planeta que, como nosotros, también se compone de más de un setenta y cinco por cien de agua. Qué curioso. Pero el agua potable  no supone más que un cinco por cien del total. De ese cinco por cien habría que preguntarse cuánta es potable y cuanta saludable, una sutileza que marca la diferencia porque el agua que sale del grifo dicen que es potable pero ¿es saludable? Potable es todo aquello que no nos mata, saludable aquello que nos mejora y nos impulsa. Es la misma diferencia que hay entre alimentarse y nutrirse o entre querer y amar. Me encanta el lenguaje. Puede ser tan certero.
En este siglo en el que parece que todos somos pacifistas y ecologistas me surge una pregunta: ¿Por qué cuando caminamos por una vereda paralela a un río nunca tiramos una bolsa de plástico o un papel en él y sin embargo fumamos, bebemos o comemos “alimentos” industriales que han perdido todas sus propiedades? ¿No es eso como tirar una bolsa de plástico a un río? ¿No somos acaso un río? Un río con consciencia, pero consciencia mal utilizada.
El grifo y el agua potable son unos lujos que disfrutamos muy pocas personas en este planeta. Aquí os presento dos imágenes. Una, la del vaso de agua, la he tomado en mi cocina y me ha costado llenar el recipiente unos tres segundos. La otra la tomé en India. Esas mujeres tardarán más de tres horas en ir y volver de un riachuelo que les proporcionará agua para el resto del día. Con esa agua beberán, cocinarán y lavarán a sus hijos.
Maltratar al agua, malgastar el agua es maltratarnos o malgastarnos a nosotros mismos y es una falta de cortesía hacia esas mujeres.
Ya que están tan de moda los “días internacionales de….”, declaro el uno de agosto día internacional del agua saludable en mi blog.

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