Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

viernes, 11 de mayo de 2012

Parecidos engañosos

Una de las primeras entradas que publiqué en este blog se titulaba “Sé feliz como un niño” y la ilustraba con los saltos acrobáticos de unos chavales a los que fotografié en el río Araguaia (Brasil), hace unos cuatro años. Curiosamente, mientras reviso algunas fotos que hice en Bombay hace un par de meses, aparecen unas imágenes que me hacen reflexionar por su gran similitud con aquellas fotos tomadas en Brasil. Señor lector: Observe bien ambas fotografías. Si yo no le contara a usted que las fotografías están tomadas una en las antípodas de la otra (y hablo con rigor, puesto que Sao Félix y Bombay son prácticamente como Madrid y Sydney, geográficamente hablando), usted podría pensar que se trata de los mismos niños y el mismo río. Pero muy al contrario, la primera está tomada, como dije, en el río Araguaia y la segunda en la costa del mar Arábigo. Y,¿a santo de qué viene toda esta perorata? Pues…..no lo sé. Son cosas que me parecen curiosas. Podría estar hablando de la capacidad de engaño de las imágenes o de la fragilidad del pensamiento humano pero le engañaría, señor lector, porque no pretendo hablar de nada. Tan solo pretendo, mientras escribo, dejar pasar esta lánguida mañana de viernes.

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