Mi ruta salvaje llega hasta el centro del misterio, atraviesa el huracán y las tormentas para, finalmente, alcanzar el sosegado corazón de mi alma.
Nathan Hope

domingo, 6 de mayo de 2012

El Contrapánico

“Hola: Me llamo Jordi y tengo pánico”. Así podría empezar mi ingreso en una imaginaria Asociación de Asustados Anónimos (A.A.A.). Dicha asociación no existe, aunque dada la situación que atravesamos, alguien debería fundarla hoy mismo. Y no me refiero tan solo a la situación económica que nos atenaza, la cosa es más compleja. Tenemos miedo al futuro, tenemos miedo a que el banco nos arrebate ese hogar que con tanto esfuerzo y cariño hemos ido construyendo, tenemos miedo a la soledad, a la enfermedad, al hambre, a ser olvidados por la mujer que amamos, al vecino, a la iglesia, al dolor, a la muerte. Somos esclavos del pánico y lo disimulamos con muecas lamentables en plazas públicas. Tiramos de agenda para masillar las grietas del alma, tiramos de sustancias para amortiguar el dolor de corazón, tiramos a diestra y siniestra y acabamos por reventarnos el pie derecho. Pero frente a ese pánico oscuro y devastador mi amiga Cristina me ofreció el otro día, tras una amable conversación, la opción del contrapánico, que vendría a ser algo así como el antídoto contra el miedo extremo. Inventamos algunas actitudes que inocularían ese antídoto en nuestro cuerpo y yo me comprometí a redondear el decálogo del buen “contrapaniquista”. Podríamos resumirlo en los siguientes puntos: 1- Olvida tu nombre y de quién eres hijo. Ahora acabas de nacer. 2- Elige bien tus armas. Sólo tú sabes cuáles son. 3- Abandona el rencor. Te debilita. 4- Busca siempre la belleza. Te fortalece. 5- Cuando vayas a disparar apunta siempre a la cabeza y no dudes. 6- Elige bien a tus compañeros de viaje. Te pueden salvar la vida. 7- El enemigo se esconde en cualquier lado, sobre todo en tu interior. 8- Sé disciplinado, limpio y ordenado. 9- No tengas piedad ni te autocompadezcas. 10-Haz lo que debas. En realidad ya estás muerto.

4 comentarios:

  1. Esto no es una entrada de BLOG, es un himno.

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  2. O AL MENOS UNA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS.

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  3. Hola. Soy Cristina, la amiga, y tengo pánico. Cada día un poco menos... un poco más armada... un tanto más con la mirada de frente... buscando la belleza debajo del sobaco, que parece que no pero, sí, existe. Corto el decálogo de mi amigo Jordi ( por cierto, nunca de borrachera, sólo de té) y lo pego en la cabecera de mi cama. Será lo último que vea al acostarme y mi pajarillo matutino. Sin piedad.

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