En este barco en el que
viajamos, tan cargado de prosa que parece irse a pique en cualquier momento, me
esfuerzo día a día por encontrar poesía
a cada paso que doy. Es por eso que inicio esta nueva sección, a la que estoy
por titular “Los caprichos de la luz”.
Mis gatos juegan
habitualmente con esta vieja pelota de cuero cosida a mano. Hoy el azar hizo
que los felinos abandonaran su juguete justo bajo un certero rayo de sol que, tímido,
se colaba por el ventanal de la cocina. Y este aprendiz de poeta que os
escribe, el mismo que un día aprendió a escribir con luz, ha visto un destello
de belleza efímera que no podía dejar escapar. De hecho, pocos minutos después,
el caprichoso sol decidió borrar todo vestigio de su pasajera presencia.
Así son las cosas que me
gustan; pequeñas, etéreas y finitas.
De vez en cuando, mas bien de tarde en tarde, me gusta entrar en tu blog con la seguridad de encontrar poesia, ternura, belleza.
ResponderEliminarEs tener sed y poder beber del agua más clara, bebo y me voy. Quiero decirte que me gusta tu agua, que disfruto con ella, incluso buceo en ella.
Si la poesía es belleza eres ya un gran poeta, sigue buscando los caprichos de la luz.
ResponderEliminarMil gracias. Qué placer saber que mi visión del mundo nutre a las personas. Por eso vale la pena seguir publicando. Besos.
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