Yo no tengo miedo a la muerte.
Tengo miedo al aburrimiento.
Tengo miedo a no ver, escuchar o sentir un rayo de belleza en cada uno de mis días.
Tengo miedo a los apologetas de la claudicación.
Tengo miedo a los animales domésticos.
Y no hablo de tu perro, de tu gato o de tu hamster.
Hablo de ti.
Te hablo a ti, oveja del rebaño.
Cuántas veces he deseado estar en tu corral.
Y cuántas veces he coceado al que ha pretendido echarme el lazo.
Prefiero el disparo de un cazador furtivo que la descarga eléctrica del matarife.
Prefiero el ardid del trampero que la desidia del carnicero.
Prefiero aullar en solitario que cantar vuestro canto cacofónico.
Así pues, aquí sigo, bailando desnudo en el desierto.
Aquí sigo, robando tiempo al tiempo.
Aquí sigo, robando tiempo.
Aquí sigo, robando.
Aqui sigo.
Aquí.
sábado, 31 de diciembre de 2016
2017
A todos mis amigos artistas, a esos que vivís en el alambre, en el
desasoiego, con el agua al cuello. A todos mis francotiradores, a mis
balas perdidas, a mis soldados rasos en primera linea de fuego, os deseo
que sigáis aspirando fuerte el nalpalm que huele a victoria en este
apocalipsis.
Sed bienvenidos al club de los imposibles. No soltéis nunca el cuchillo que lleváis entre los dientes. Mirad de frente a la vida y sonreídle. Decidle que sí, que un día os doblará la espalda y caeréis rendidos con humildad ante su poder, pero que mientras tanto afrontaréis con orgullo y honor la guerra que os ha tocado vivir. Feliz 2017.
Sed bienvenidos al club de los imposibles. No soltéis nunca el cuchillo que lleváis entre los dientes. Mirad de frente a la vida y sonreídle. Decidle que sí, que un día os doblará la espalda y caeréis rendidos con humildad ante su poder, pero que mientras tanto afrontaréis con orgullo y honor la guerra que os ha tocado vivir. Feliz 2017.
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